Ubicada en lo alto de una colina, la ermita fue construida para venerar a San Pantaleón, en griego significa el que se compadece de todo, mártir del siglo IV por las persecuciones de Diocleciano. Los primeros documentos en los que aparece citada la ermita datan de 1642, por lo que se deduce que su construcción es anterior. Actualmente sólo permanecen en pie tres muros; el del este, dotado con un sorprendente ábside, el del norte y el del oeste, el mejor conservado. De las bóvedas de sillería, que conforme a fuentes publicadas habían sido ejecutadas sin nervadura ni argamasa, no queda nada. El acceso a la ermita se realiza por una pequeña puerta adintelada decorada con motivos geométricos. Antiguamente los fieles acudían a la ermita la víspera de la festividad del Santo, 27 de julio, descendiendo en procesión al atardecer a la iglesia mayor del pueblo, donde veneraban al Santo dos o tres días. Actualmente, la fiesta se celebra en la ermita el 27 de julio, donde tras la solemne misa se realiza una comida campestre.
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