Bahia de San Vicente de La Barquera

San Vicente de la Barquera es un municipio de la comarca costera occidental de Cantabria (España). Limita con el mar Cantábrico y los municipios de Valdáliga, Herrerías y Val de San Vicente. Su capital, la villa de San Vicente de la Barquera, se encuentra muy ligada al mar como demuestran todas sus tradiciones, costumbres y sus fiestas más populares. El turismo es su principal actividad debido a la gran belleza natural y patrimonial con la que cuenta la zona. El 80% del término municipal pertenece al Parque Natural de Oyambre y goza de una especial protección regulada por la comunidad autónoma de Cantabria como consecuencia de su extraordinario valor paisajístico y ecológico.

Tiene una población de 4532 habitantes repartidos entre sus 9 localidades. Está situado a una altitud de 15 metros y se extiende por una superficie de 41,5 kilómetros cuadrados.

Vista de la Bahia y del estuario de San Vicente

Existen evidencias de poblamiento humano desde la Prehistoria. En concreto, han quedado vestigios de la Edad del Bronce, como el yacimiento megalítico de El Barcenal. Se cree que aquí habitaron los cántabros orgenomescos. Se ha identificado San Vicente con el Portus Vereasueca de los romanos.

En la Alta Edad Media, este territorio fue repoblado por Alfonso I a mediados del siglo VIII. Se alzó entonces el castillo, y alrededor de él fue creciendo la villa. el periodo de auge económico de San Vicente se desarrolla a partir de 1210. El 3 de abril de ese mismo año Alfonso VIII de Castilla otorgó a San Vicente de la Barquera privilegio de villazgo, concediéndole el mismo fuero que a San Sebastián. Fue la última de las «Cuatro Villas de la Costa» —Castro Urdiales (1163), Santander (1187), Laredo (1200) y la propia San Vicente de la Barquera— a la que Alfonso VIII otorgó fuero, configurándose como realengo. El auge fue posible gracias al comercio marítimo y los derechos de pesca. De 1330 datan las primeras normas de la cofradía de marineros. No obstante, a mediados del siglo XV entra en decadencia, por una serie de incendios y pestes. En el siglo XVI, el futuro rey Carlos I de España y V de Alemania visitó la villa cuando iba de camino a la meseta, para ser nombrado monarca. Con motivo de su visita se preparó una corrida de toros. Allí enfermó y tuvo que pasar la noche en el convento de San Luis.

Playa El Tostadero

San Vicente de la Barquera formó parte del Corregimiento de las Cuatro Villas de la Costa de la Mar y capital de la hermandad de las Cuatro Villas de la Mar. Participó en las Juntas de Puente San Miguel, interviniendo en la formación de las Ordenanzas de la provincia de Cantabria (1779).

Se constituyó como ayuntamiento constitucional en 1822. En un primer momento, formó parte del partido judicial de Comillas. A partir de 1835 tuvo partido judicial propio, pero que no abarcaba la zona de Liébana, cosa que sí ocurre actualmente.

Playa de Oyambre

En abril de 1973 se anunció que Electra de Viesgo iba a construir la central nuclear de Santillán, de cuatro unidades y una potencia de cuatro millones de kilovatios, cuyo coste inicial se calculó en 80.000 millones de pesetas. La empresa adquirió 71,6 hectáreas de terreno, el equivalente a 71 campos de fútbol, en una franja costera que abarca superficie de los municipios de San Vicente de la Barquera y Val de San Vicente, junto a la ensenada de la playa de La Fuente; sobre los acantilados de Santillán-Boria se construyó una zanja para realizar los sondeos previos para la construcción de la central nuclear en este terreno.6 Se programó que comenzara a exportar energía en 1982, con una potencia de 970 megavatios. Finalmente, debido a la oposición política y social, tanto de cántabros como de asturianos, la empresa eléctrica abandonó el proyecto de forma provisional.

Se trata de un municipio costero cuyo principal atractivo natural es el Parque natural de Oyambre, espacio protegido desde 1988. En sus 57 kilómetros cuadrados de extensión caben acantilados, playas como las de Oyambre o Merón, rías como las de La Rabia y San Vicente de la Barquera, marismas y pequeños bosques caducifolios mixtos. Las rías y marismas tienen una gran riqueza ornitológica. Los dos ríos del municipio son el Escudo y el Gandarilla. El río Escudo nace en la sierra del Escudo de Cabuérniga y después de atravesar Valdáliga entra en San Vicente de la Barquera formando la marisma de Rubín. El río Gandarilla nace al sur del municipio de San Vicente y forma la marisma de Pombo. Se unen creando la ría de San Vicente, situándose la capital municipal entre ambas rías.

En cuanto a las playas, ha de mencionarse la pequeña cala de la Fuente, junto a Santillán. Luego están las playas de la capital municipal, amplias y frecuentadas en verano: la de La Maza y El Tostadero. En la parte este del municipio, hasta el Cabo de Oyambre, está la playa de Merón, de más de tres kilómetros, dividida en: El Puntal, El Rosal, Merón, Bederna y Peñas Negras. Y más allá se encuentra la playa de Oyambre.

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Puente en la darsena de Maliaño

El Barrio Pesquero es un área de la ciudad de Santander, en Cantabria (España). Se le conoce por barrio pesquero aunque su denominación oficial es Poblado Pesquero de Sotileza. Este barrio santanderino se asienta dentro de los terrenos del ensanche industrial de Maliaño, en el Sureste de la bahía de Santander.

En el año 1939 se produjo una petición por parte de la Cofradía de Pescadores, solicitando la construcción de un poblado para éstos, que en ese momento residían en las inmediaciones de Puertochico (Tetúan, San Martín...). Hasta 1942, coincidiendo con el Plan Nacional de Mejora de las Viviendas de Pescadores, no se aprueba el proyecto definitivo para la realización de este poblado.

Su construcción se realiza sobre suelo calificado como industrial y de propiedad privada, que hubo de ser expropiado por la Obra Sindical del Hogar. A su vez, el Ayuntamiento de Santander cedió los terrenos correspondientes a los viales y espacios públicos que estaban previamente trazados en el proyecto del ensanche de Maliaño.

En principio se proyectó la realización de 550 viviendas en régimen de arrendamiento, siendo la Cofradía de Pescadores de Santander y el Instituto Social de Marina los promotores. La construcción corrió a cargo de la Obra Sindical del Hogar. Las primeras obras se realizan en 1943, al mismo tiempo que comienzan a ejecutarse los trabajos para ubicar allí el puerto pesquero.

Abierto el puente en la darsena de Maliaño

Aunque el proyecto original preveía la ejecución del poblado en cinco fases consecutivas, en realidad se llegaron a realizar tan sólo tres. Esto supuso la construcción de bastantes menos de las viviendas previstas: 270. Si se tiene en cuenta que el número de familias de pescadores censadas en Santander en ese período era superior a 600, se hace evidente la insuficiencia del nuevo barrio, que pretendía agrupar la vida de toda la población empleada en la pesca.

Las primeras viviendas se entregaron a sus ocupantes en 1943, continuando las adjudicaciones hasta 1960. Con la construcción de la Lonja en 1963, se completó la estructura funcional del barrio Pesquero.

La superficie media útil de las viviendias se sitúa en torno a los 70 u 80 metros cuadrados, contabilizándose como casos excepcionales aquellas cuya dimensión es inferior a 40 metros cuadrados y la que tienen una superficie superior a los 100 metros cuadrados.

Una vista de la bahia, el puente cerrado y la Lonja de Pescado

En 1950 (aún no concluida la realización del Poblado Pesquero Sutileza) el número de habitantes del barrio ascendía a 1.129 personas, de las que el 32 % eran inmigrantes. La base fundamental estaba compuesta, pues, por población autóctona (sobre todo parejas de jóvenes) que se veían trasladadas de su lugar de residencia tradicional a otro mucho más alejado del centro de la ciudad y mal comunicado con éste. El padrón de 1978 recoge la cifra de 1.280 habitantes, apreciándose un elevado índice de envejecimiento entre los mismos.

La tipología del poblado pesquero es la característica de los barrios obreros de los años 50 en España: Los edificios presentan tres plantas destinadas a vivienda (el bajo y dos alturas), que se organizan en forma de manzanas en torno a un patio central. La calidad de los materiales de construcción resultó ser muy baja, por lo que actualmente el deterioro de las viviendas es muy alto. Los servicios del barrio son actualmente, como desde su origen, totalmente deficitarios. Están constituidos sobre todo por comercios destinados al abastecimiento cotidiano. El único sector especializado y con un elevado desarrollo es el de la hostelería, formado exclusivamente por restaurantes y bares, cuyo dinamismo viene determinado por una demanda de ocio procedente del exterior del barrio.

Vista general del poblado pesquero de Santander

El poblado pesquero constituye, en última instancia, un claro ejemplo de las prácticas habituales en las ciudades españolas de segregación espacial. Se eligió para su construcción una zona marginal de la ciudad, con escasa conmunicación con el resto, para albergar allí a una población ligada a una actividad que, por estar ubicada en un sector geográfico hacia el que se orientaba el crecimiento de la ciudad (Puertochico), obstaculizaba este proceso.

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El Sardinero es un enclave turístico de la ciudad de Santander (Cantabria, España) conocido por sus extensas playas.

Primera playa del Sardinero

En sentido amplio se entiende por El Sardinero el área de la costa comprendida entre la península de la Magdalena y la zona de Mataleñas, formando el abra que lleva su nombre. En sentido estricto, el centro de esta área seria la plaza de Italia y los alrededores.

El Sardinero comenzó a ser conocido y muy visitado a partir de mediados del siglo XIX y especialmente a comienzos del siglo XX. La moda de veraneo y los beneficios saludables de los baños de olas atrajeron a este lugar a numerosos visitantes de la burguesía castellana y madrileña. Poco a poco El Sardinero se fue convirtiendo de un lugar sólo visitado por los vecinos de Santander a una ciudad-balneario, con todos los servicios para ofrecer a una sociedad pudientes atraída por el auge económico de Santander, venido de la mano del comercio con las colonias españolas.

Segunda playa del Sardinero

En base a la evolución histórica y funcional de este espacio se diferencia dos morfologías urbanas: la del conjunto formado por los chalets y palacetes construidos desde finales del siglo XIX y la de los modernos edificios de bloques de viviendas principales o secundarias de las últimas décadas.

En la plaza del Pañuelo (actualmente la plaza de Italia) se levantaron hoteles, el casino, alamedas, casas de baño, etc. El Sardinero fue comunicado por amplios paseos como el de Reina Victoria, Menéndez Pelayo o el de Pérez Galdós con el ensanche de Santander.

Todos los amaneceres son diferentes en El Sardinero

En el año 1913 se inaugura en la península de La Magdalena el Palacio de La Magdalena que sería residencia del rey Alfonso XII durante sus estancias de verano en Santander. Estas visitas obligaron a crear nuevos servicios al estilo arquitectónico de la Belle Époque y grandes balnearios similares al de Biarritz. Así, se construyeron el Hotel Real, el Gran Casino, sustituto del antiguo casino, el Hipódromo de Bellavista o el campo de polo.

Imagen hacia Cabo quintres y Cabo Ajo desde la playa del Sardinero

Es a partir de la década de 1950 cuando se inicia una etapa de remodelación tanto en el plano morfológico como funcional. Al mismo tiempo que mantiene su función turística, El Sardinero se convierte en zona de residencia permanente de clases acomodadas.

Primera Playa

Hoy en día la configuración de ciudad-jardín que tuvo El Sardinero ha sido sustituida por edificios residenciales frente a la primera y segunda playa del Sardinero y la playa del Camello. Una amplia zona ajardinada y un paseo marítimo separa las playas de los edificios, con el parque de Piquio ejerciendo como mirador privilegiado sobre las playas. Así mismo, en esta parte de la ciudad se ubican algunas de las grandes infraestructuras culturales y deportivas de la capital, como el Palacio de Congresos y Exposiciones, los Campos de Sport del Sardinero o el Palacio de Deportes. Este último es de diseño vanguardista y con una capacidad para albergar a 10.000 personas en grandes eventos.

Rojo amanecer en El Sardinero

Se puede considerar como un subcentro de la ciudad de Santander, especialmente valorado por su calidad ambiental y como área de ocio, siendo la zona más destacada de la ciudad desde el punto de vista turístico.

El Sardinero cuenta con dos playas con su mismo nombre. Una es la Primera Playa del Sardinero y la otra es la Segunda Playa del Sardinero. Son dos playas distintas aunque están seguidas en la línea de costa y cuando baja la marea se unen.

Jardines de Piquio

La historia cuenta que en el pasado, una de las playas era utilizada por las clases medias y bajas y la otra era usada por las clases altas santanderinas, por lo que había una diferenciación social entre ambas. Hoy en día ambas playas son muy familiares y son muy concurridas durante el verano, ya que son las más extensas con las que cuenta la ciudad.

El Sardinero - "Parte2"

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Cargadero de Hinojedo

El muelle y cargadero de Hinojedo, en la ria de San Martín de la Arena (entre Suances y Torrelavega) fue construido en el siglo XIX por la empresa Real Compañía Asturiana de Minas, para dar salida a los minerales de zinc y plomo que extraía en las minas de Reocin.

Cargadero de Hinojedo

Un ferrocarril de via métrica unía las minas y el muelle, en que atracaban pequeños vapores que transportaban el mineral principalmente a Aviles, aunque también se exportaba a Inglaterra y Bélgica. A mediados del siglo pasado paso a manos de Asturiana de Zinc.

Cargadero de Hinojedo

Actualmente el ferrocarril ha desaparecido y queda en pie el edificio de almacén, los muelles y sus norays de amarre y parte de lo que fue en cargadero de cinta tranportadora. Al otro lado de la ria se pueden ver los muelles de Requejada. A este cargadero viajaba asiduamente el vapor "Arnao" descargando sus 140 tons de mineral en Aviles.

Cargadero de Hinojedo

Cargadero de Hinojedo

Cargadero de Hinojedo

Cargadero de Hinojedo

Cargadero de Hinojedo

Textos arqueologiaypatrimonioindustrial.com

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Playa de Los Locos

La playa de Los Locos, se encuentra en Suances, uno de los enclaves más bonitos, para mi gusto, de la costa cantábrica. Este pueblo está a 31km de Santander. Aquí nos encontraremos dos playas, una "para todos los públicos", la playa de la Concha, y la de los Locos, para los más atrevidos.

La Playa de los Locos de Suances es una de las mejores playas para la práctica del Surf de toda España.

La Playa de los Locos de arena fina, situada bajo un acantilado espectacular, aguas azules y limpias. Olas buenísimas  y un ambiente juvenil muy animado.

Playa de Los Locos

El acceso a la Playa de los Locos se hace por medio de una cómoda, aunque larga escalera. Dispone de amplios aparcamientos en la zona superior, bares, restaurantes y todos los servicios.

Playa de Los Locos

CARACTERÍSTICAS GENERALES

LONGITUD PLAYA: 300 metros

ANCHURA MEDIA: 40 metros

GRADO OCUPACIÓN: Medio

GRADO URBANIZACIÓN: Si

Playa de Lo Locos

TIPO DE PLAYA

COMPOSICIÓN:

TIPO ARENA: Fina y Dorada

CONDICIONES BAÑO: Oleaje fuerte

ZONA DE FONDEO: No

NUDISTA: No

Playa de Los Locos

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Costa Quebrada - Liencres

Muy poca gente conoce este lugar  porque a todo el mundo que le comento que he estado en la Playa de Cerrías nadie tenía ni idea de que playa es, bueno teniendo en cuenta que en Liencres hay 7 playas, creo que pocos municipios españoles tienen en su haber tantas playas.

La Playa de Cerrias en Liencres está frente a la Playa de Portio en la Ensenada de Portio de la Costa Quebrada.

Desde Santander llegamos tomando la carretera CA-231. Nos desvíamos en el centro de Liencres a la derecha, dirección Playa de Somocuevas y a un kilómetro también a la derecha se encuentra la Playa de Cerrias.

Costa Quebrada - Liencres

Se accede al aparcamiento entre las calles de una urbanización de chalets de reciente y polémica construcción.

Costa Quebrada - Liencres

Es una playa semiurbana.

No tiene socorristas ni servicios de duchas.

Los accesos son precarios.

Se baja a la playa por una empinada escalera de madera que hay que reconstruir cada poco tiempo.

Costa Quebrada - Liencres

Mide doscientos metros de largo y la anchura depende de las mareas.

Hoy hemos llegado en marea baja y tiene una anchura de más de cien metros.

Pero en marea alta sólo queda arena seca en los entrantes que forman las rocas, pequeños y separados entre sí.

Hace años desde el aparcamiento había un sendero a la izquierda para poder acceder a cada una de las zonas independientemente de la marea. La bajada era difícil pero mucha gente la hacía. Hoy he comprobado que la maleza lo cubre totalmente. Está impracticable. Ahora hay que desfilar por la escalera.

Es una playa de ocupación baja con gente de todas las edades, más nudista hacia su parte izquierda.

Costa Quebrada - Liencres

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Costa Quebrada - Liencres

Playa situada en la costa próxima a la ciudad de Santander, distante algo más de un kilómetro del pueblo de Liencres, rodeada de acantilados de gran interés geológico y paisajístico. Perteneciente al municipio de Piélagos, Cantabria.

Se trata de una playa semiurbana, que posee escasos servicios pero una gran belleza dado el entorno que la rodea, un entorno casi virgen y muy agradable, bonito y tranquilo.

Costa Quebrada - Liencres

La bonita Playa de Portio es de pocas dimensiones, tan sólo 150 metros de longitud y suele ser poco frecuentada a pesar de su belleza. ES una playa de gran interés paisajístico y también geológico que dista tan sólo 1 km de la localidad de Liencres.

La Playa de Portio es, pues, una pequeña playa semiurbana, protegida por las grandes rocas que la rodean, algunas de las cuales sobresalen del agua. No ofrece ningún tipo de equipamiento.

Costa Quebrada - Liencres

CARACTERÍSTICAS GENERALES

LONGITUD PLAYA: 150 metros

ANCHURA MEDIA: 40 metros

GRADO OCUPACIÓN: Bajo

Costa Quebrada - Liencres

Costa Quebrada - Liencres

Costa Quebrada - Liencres

Costa Quebrada - Liencres

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Real Club Maritimo de Santander

Hoy presentamos una de las vertebras y núcleo más importante de la ciudad de Santander, La zona de Puertochico, aun hoy conserva parte del sabor y de la solera del Santander de antaño, ya que esta parte no fue destruida por el incendio de 1941.

Se denomina Puertochico al barrio de la ciudad de Santander (Cantabria, España) formado por un conjunto de calles en la proximidad de la dársena del mismo nombre. Lo forman principalmente la plaza de Puertochico (oficialmente llamada de Matías Montero), una parte de la calle Hernán Cortés, Castelar, Peña Herbosa, Juan de la Cosa, Bonifaz, Casimiro Sainz, Reina Victoria (la parte mas noble de Puertochico) Canalejas y Tetuán. Estas calles fueron en su mayor parte, sede de la antigua población marinera cuando aún no se había trasladado al Barrio Pesquero.

Los bajos de muchas de las casas de Peña Herbosa, Bonifaz y Tetuán fueron bodegas donde, en otro tiempo, se almacenaban las artes, aparejos y los barriles de raba. A mediados del siglo XIX se proyectaron, los nuevos muelles y la nueva población de Peña Herbosa y se realizaron obras de desmonte en la proximidades de Molnedo. Pero fue la dársena la que dio el nombre a esta popular zona urbana de Santander. Rafael González Echegaray escribió al respecto:

Puertochico era una dársena construida por la Unión Mercantil, casi cuadrada, abierta al sureste y con dos espigones de pocos metros que la medio cerraban. Ocupaban parte de lo que es hoy la Plaza de Matías Montero y el trozo actual de muelles y rampas junto al surtidor de gasolina.

Al ser el lugar de atraque y amarre de las embarcaciones pesqueras, gozó de un tipismo que no pasó desapercibido a los artistas y escritores del siglo XX, que como José Gutiérrez Solana o Pancho Cossío, pintaron escenas del desembarco de la pesca y a los rudos marineros, remo al hombro, camino del muelle, donde las pescadores realizaban el trasladado hasta la almotacenía, inaguruada en 1895 y situada en pleno corazón del barrio.

Puertochico fue la última sede de los raqueros, que desaparecieron a raíz de la Guerra Civil, y fue escenario de tragedias familiares cuando las galernas producían la muerte en aquellas tripulaciones de marineros de bajura. En torno a estas calles se instalaron mesones, en los que el plato especial de la casa eran las sardinas asadas o la marmita de bonito.

Amós de Escalante dedicó uno de sus poemas (Pragmática del bañista) a los "raqueros" que, en el paredón de "Anaos", se bañaban desnudos, igual que luego hicieron sus sucesores en Puertochico, y sobre los que escibrió Víctor de la Serna, en 1955, un artículo en el diario ABC explicando el origen del término. Pero han sido sobre todo, Gerardo Diego, en Mi Santander, mi cuna, mi palabra (1961), y José del Río Sainz, los que han cantado a Puertochico: "Barcos al socaire de piedra de los arcos", escribía el primero en un poema, y "Pick" veía este puerto marinero como un cuadro de Tellaeche, el lequeitiano, con aquellos vapores de chimeneas de color (pintados por Pancho Cossío), que parecían de juguete, la sirena de la lonja, avisando la llegada de la pesca, ponía una nota de urgencia a este cuadro policromo que completaban las redes reparando las mallas de las artes sentadas sobre el muelle.

Pensamientos del Rakero

Sede del Real Club Marítimo de Santander.

Con el tiempo, Puertochico no perdió la importancia que tuvo antaño y al ser conquistada la ciudad por las fuerzas franquistas se instaló el Gobierno Civil en la casa primera de Castelar, donde estaba el Banco Vitalicio. En 1949, en las escuelas de Peña Herbosa se montó la exposición de "El Avance Montañés". La presencia próxima de la Diputación, del Museo de Prehistoria, de la antigua Estación de Biología Marina y actualmente el Centro Cultural doctor Madrazo, le han dado un carácter de enclave político y cultural que ha sabido mantener.

En la actualidad ha sido la gente joven la que ha hecho popular esta zona, como lugar de encuentro en los numerosos bares de este conjunto de calles. La conversión de la Diputación Provincial en Regional y del puerto marinero en puerto deportivo, situado junto al Club Marítimo de Santander, ha servido para continuar la tradición de esta zona de la ciudad, punto neurálgico, camino de El Sardinero, que fue, según palabras de José Simón Cabarga, "último reducto de los mareantes".

Textos Wikipedia

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