Tras el abandono de la explotación minera del Pozón, comenzó la naturalización del área que seguidamente derivó en la aparición y propagación del plumero y en la incorporación ilegal de escombros y otros vertidos.
El Pozón de la Yesera surgió de una antigua extracción de yeso. Al ser abandonada la explotación, la capa freática afloró en la zona de extracción del mineral, surgiendo el pozón y el arroyo de Romanillo, y convirtiendo el pozón y las zonas colindantes en un vertedero ilegal de todo tipo de residuos, escombros y basuras de diversos orígenes.
El proyecto de restauración y la ejecución de las actuaciones son realizadas por la Fundación Naturaleza y Hombre a través de una subvención otorgada por la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, con el objetivo de recuperar medioambientalmente la zona y adaptarla al disfrute de los ciudadanos. Actualmente todas las labores de restauración están concluidas, encontrándose en proceso de recuperación ecológica.
El Pozón de la Yesera y su entorno posee una superficie de unos 47.000 m2 de los 5.100 m2 pertenecen a la lámina de agua. Para el disfrute de la zona y la interpretación de los hábitats existentes se ha creado una pequeña senda de unos 1.100 mts que discurre a lo largo de toda la superficie.
En la zona restaurada se puede observar diferentes hábitats muy característicos de Cantabria. El bosque de ribera con sus sauces, fresnos y espinos, la vegetación palustre de las zonas encharcadas con carrizos, juncos y espadañas, y el bosque mixto cantábrico.
En cuanto a la fauna, podemos observar distintas especies de aves como rapaces o anátidas, así como distintas especies de pequeños anfibios.
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