Cuenta la leyenda que a finales del siglo XVIII un abate francés de las efervescencias políticas de su país, se refugió en el pueblo, cuyo punto le ofrecía seguridad personal, a causa de estar incomunicado con el resto de la comarca. Le proporcionaba un grato placer admirar las bellezas de la naturaleza, en una de sus excursiones que este abate realizaba tuvo la fortuna de enconrtar un manantial templado, y como padecía bastante de la vista, se le ocurrió lavarse sus ojos, notando algún alivio inmediato, por este motivo volvió a repetir sus visitas y las aplicaciones del agua medicinal hasta que se curo por completo.
Al cabo del tiempo el abate desapareció de estos lugares, ignorando la causa de semejante resolución, no dejo ningún pos ni vestigio ni testimonio alguno referente a este asunto, lo poco que de esto se sabe es tradicional, conservando el manantial el titulo del Francés ,como recompensa a su descubrimiento.
Posteriormente a finales del siglo XIX, queriendo sacar partido a las aguas medicinales existentes fue creado un balneario por General Cagigal, muy cerca de su casa de Villaverde de Pontones. Junto a una finca de su propiedad se ubicaría el Hotel Suizo que junto con el Fontín y la Casa de Baños, formarían un complejo destinado al ocio, descanso y cura de gente de toda la geografía de España.
A Finales de la década de 1870 comenzó a funcionar con gran éxito, pero a finales de siglo la decadencia y abandono fomentado por una moda pasajera ida a menos provocó su cierre.
El Conjunto permaneció cerrado y abandonado hasta que el por entonces famoso doctor Morales decidió ponerlo en funcionamiento de nuevo, explotando sus aguas para la venta en farmacias. De este modo comenzó a hacerse popular el Agua de Hoznayo, que acabo siendo el agua embotellada más habitual en las casas de la mayoría de los cántabros hasta su cierre en los años 1980 .
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