Hayedo de Otzarreta

En la frontera vizcaína y alavesa, allí por donde el Gorbeia asoma su característica figura, vive un hayedo extraño. Sus árboles, en vez de extender sus ramas como hacen las hayas "tradicionales”, suben directas hacia el cielo. La explicación la encontraréis en el texto. El pequeño hayedo de Otzarreta (o de Isabel, como lo conocen algunos) es sólo la primera estación de una fabulosa excursión que nos llevará por la “ventana” de Atxuri, los singulares tejos de las campas de Arimekorta y la valiosa turbera de Saldropo.

Hayedo de Otzarreta

Desde el puerto de Barazar se puede ver, aguzando la vista el Gorbeia, uno de los cinco montes bocineros de Vizcaya, desde donde se convocaban a Juntas generales mediante hogueras y el toque de cuernos, y su famosa cruz coronándolo. No estamos en un puerto cualquiera sino en uno de los pasos más ancestrales utilizados por pastores y viajeros para atravesar las muralla de Atxuri. Así lo atestigua la presencia de una vieja calzada, oculta a tramos por la carretera N-240. Barazar también señala la divisoria de aguas entre la cuenca cantábrica y la mediterránea.

Hayedo de Otzarreta

Justo en el puerto se levanta el restaurante Bengoetxea, hoy cerrado. Detrás de él comienza una pista que se dirige al humedal de Saldropo. Después de un buen desayuno en el bar Barazar, al otro lado de la carretera, continuamos por la pista. Aunque apenas presenta desnivel podemos seguir circulando por ella con el vehículo unos 1.200 metros entre plantaciones de alerces japoneses y cipreses de Douglas, especies repobladas naturalmente, hasta alcanzar una bifurcación.

Hayedo de Otzarreta

El ramal izquierdo indica hacia Otzarreta; el de la derecha hacia el humedal de Saldropo. Ambos caminos estás en muy buen estado, pero ya es hora de echar pie a tierra y seguir caminando. Vamos a hacer un recorrido circular, de modo que podríamos tomar cualquiera de ellos. Como queremos ver lo primero el hayedo tomamos el ramal de la izquierda. En unos 20 minutos de suave paseo llegaremos al hayedo de Otzarreta. Apenas lo forman un centenar de hayas pero están tan bien repartidas junto a un sinuoso regato, que componen un paisaje idílico.

Hayedo de Otzarreta

Los aficionados a los hayedos notarán algo raro en estas hayas: sus ramas no crecen horizontalmente, como es común entre las hayas, sino verticalmente, hacia el cielo. Y es que estos árboles fueron explotados para obtener carbón. El carboneo convirtió a Otzarreta en hayedo trasmocho.

Hayedo de Otzarreta

Hayedo de Otzarreta

Hayedo de Otzarreta

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